La crisis del COVID-19 traerá importantes y numerosas consecuencias a largo plazo para la oferta del transporte aéreo, veamos algunas:
-Se reducirá y concentrará: algunas aerolíneas ya han caído, otras han realizado ajustes en sus equipos de trabajo.
-Las diferencias en las ayudas de los gobiernos y la falta de una visión común a nivel europeo. Lo que puede distorsionar la competencia entre compañías durante y después de la recuperación.
-Las aerolíneas de red serán las grandes perdedoras, debido a que la recuperación de los mercados internacionales será más lenta y deberá afrontar la entrada de competidores en sus aeropuertos base (hub). Son los casos de, por ejemplo, British Airways, KLM, Emirates o Singapore Airlines los más débiles, dado que para transportar a un pasajero de un país a otro deben pasar antes por el país de origen de la aerolínea.
-A corto plazo, puede que las aerolíneas regionales sean las ganadoras en el sector, ya que pueden ser de ayuda para las aerolíneas de red ajustando su capacidad durante la recuperación y, además, se podrían beneficiar de las rutas con obligación de servicio público.
-Hay una previsión de que las aerolíneas Low Cost se concentren en los mercados de mayor tamaño y que quizá ingresen en aeropuertos hub. Podrían reducir de manera significativa la frecuencia de sus rutas como medida de ajuste de capacidad.