Con la llegada de la temporada turística de verano en Europa, los números de casos han ido aumentando durante los últimos días. España y Portugal temen que los rebrotes se den en la fase crucial del desconfinamiento. El primero cuenta con hasta 11 focos preocupantes de rebrotes, mientras que Portugal notificó un gran brote en su capital.
Desde el inicio de la pandemia, Portugal se caracterizó por su reacción temprana y su ejemplar confinamiento, mientras que España se vio obligada a decretar una de las cuarentenas más fuertes del mundo, debido a su tardía reacción. En abril llegó el pico de 950 fallecimientos diarios, pero luego los contagios y muertes bajaron y el desconfinamiento por fases se consideró uno de los más efectivos del continente.
El pasado 21 de junio, España inició la fase de “nueva normalidad”, en la que los españoles pueden moverse libremente por todo el país, pero con las restricciones sanitarias vigentes como el distanciamiento físico o el uso de mascarillas. El Congreso de los Diputados aprobó un paquete de medidas de contención ante posibles rebrotes y para mantener la seguridad de los turistas durante el verano.
La realidad es que el virus no se ha ido del país, y el turismo pone en peligro todo lo logrado en los últimos meses. Actualmente se presentan más de 44 brotes, de los cuales entre 11 y 13 son considerados como “peligrosos”. Las provincias con un alto riesgo de rebrote son: Valladolid, Granada, Navarra, Zaragoza y Huesca.
Por otro parte, Portugal planea su apertura con diferentes fases debido al surgimiento de un gran rebrote en su capital; el 1 de julio abrirá fronteras con su único vecino, España, pero el área metropolitana de Lisboa permanecerá cerrada y sus ciudadanos deberán permanecer en sus casas.
El viernes pasado, Portugal, registró aproximadamente 450 nuevos contagios en un día, su peor dato desde el pasado 8 de mayo; y 6 muertes en 24 horas. Sin embargo, el repunte de casos tiene más que ver con el aumento del uso del transporte urbano en la capital y con las fiestas ilegales que llegaron con el clima cálido y no tanto con la movilidad por ocio.