El pasado domingo, China impuso un estricto bloqueo a casi medio millón de personas en el condado de Anxin, para contener un nuevo brote de COVID-19, ya que las autoridades advirtieron que el brote seguía siendo severo y complicado. La población podrá salir solo a comprar alimentos y medicinas.
Las autoridades dijeron que el condado de Anxin estará totalmente cerrado y controlado, con las mismas medidas estrictas impuestas al principio de la pandemia en la ciudad de Wuhan. Esta medida es producida luego de que se reportaron 14 nuevos casos en Beijing.
Estos nuevos casos han hecho temer un resurgimiento del virus en China, por lo cual la capital ha realizado pruebas masivas con trabajadores de mercados mayoristas, trabajadores de restaurantes, residentes de barrios de riesgo, mensajeros de reparto y se ampliarán para incluir a empleados de salones de belleza y peluquerías de la ciudad.