A raíz de la pandemia provocada por el COVID-19, Turquía decidió establecer una cuarentena obligatoria en varias zonas. Pero ya en el mes de mayo puso fin al aislamiento y el 1° de junio comenzó a reducir las restricciones.
Basado en las reglas de la llamada “nueva normalización”, el gobierno turco permitió que restaurantes, cafés, parques, playas e instalaciones deportivas incluyendo piscinas y museos reanuden sus operaciones. Por otro lado, el Ministerio de Cultura y Turismo de Turquía lanzó un programa de dos días para presentar el concepto de «Turismo Seguro» del país.
El Programa de Certificación de Turismo Seguro consiste en que los hoteles han obtenido esta certificación, la cual define una amplia serie de medidas para evitar la propagación del virus y lograr la seguridad de los turistas tanto en alojamientos como en transportes. Asimismo, el gobierno declaró obligatorio el uso de mascarillas protectoras en 42 de las 81 provincias del país, incluyendo Estambul. También es obligatorio usarlas en los aeropuertos, los vuelos, los restaurantes, los buses y los museos.
Además, se establecieron otras medidas en hoteles y restaurantes como, por ejemplo, contar con puntos desinfectantes en lugares específicos y prohibición del open buffet durante desayunos y cenas. Por otro lado, los museos tendrán una capacidad limitada.
Por último, todas las conexiones internas (terrestres o aéreas) entre las diversas ciudades turcas se han restaurado desde el 1 de junio. En cuanto a los vuelos internacionales hacia Turquía, se están retomando de manera paulatina y lenta pero se pueden ver afectados en caso de una evolución negativa de los contagios en los países, ya sea de origen como de destino.
Por estas razones, la situación debe ser monitoreada día a día, pero Turquía ya se encuentra con las puertas abiertas para recibir a los turistas.