El aumento de contagios por COVID-19 en Estados Unidos y la llegada de personas infectadas a países del Caribe, comprometen la reapertura de algunos destinos.
En República Dominicana, la propia situación que atraviesa el país los ha obligado a endurecer las medidas locales, pero aun así las fronteras continúan abiertas. El presidente Danilo Medina decía: “Defensa Civil anunció el cierre de playas y balnearios del país como medida de seguridad y salud para mantener el distanciamiento entre las personas, buscando frenar el contagio y propagación del virus”. El Senado de la República aprobó la solicitud del presidente declarando 45 días de estado de emergencia desde el pasado martes 21 de julio, con toque de queda de 10 a 12 horas diarias por un período de 20 días, el cual luego será reevaluado. Sin embargo, el gobierno no planea cerrar las fronteras, sino que el turismo y las demás actividades económicas seguirán funcionando según la Comisión de Alto Nivel para la Prevención y el Control del Coronavirus.
En el caso de Jamaica, el Departamento de Salud registró en su último reporte 16 nuevos casos, de los cuales 14 corresponden a personas que llegaron en vuelos desde Estados Unidos. El ministro de Turismo, Edmund Bartlett, advirtió que si no se cumplen con las medidas de control se cerrarán las actividades y destacó la importancia de que el sector turístico trabaje colaborativamente con los ministerios de Turismo y Salud para garantizar el cumplimiento de los protocolos.
El gobierno de Bahamas, anunció en un comunicado que debido al aumento de casos por COVID-19 en Estados Unidos, decidieron cerrar las fronteras a los vuelos comerciales y a los ferrys que transporten pasajeros procedentes de dicho país, con el objetivo de proteger a su población.
En cuanto a Cuba, el pasado lunes la mayor parte del país entró a la fase tres, sin embargo es el caso de La Habana y su provincia vecina Mayabeque la excepción a la regla, dado que continúan en fase uno y dos respectivamente, debido a que aún continúan los contagios.