En el barrio porteño de La Boca, podemos encontrar un paseo emblemático e imperdible para quienes visitan la ciudad: Caminito. Lleno de conventillos de chapa y paredes de colores que lo hacen un museo al aire libre, esta calle se extiende unos 150 metros de este a oeste. Tiene un gran valor histórico, cultural y turístico, donde miles de turistas se acercan a fotografiar este famoso pasaje y a recorrer sus alrededores.
A lo largo de Caminito se encuentran expuestas numerosas obras de arte de gran importancia, entre ellas el “Herrero Boquense” de Marisa Balmaceda Krause, “Esperando la Barca” de Roberto Juan Capurro, y “El maestro/ El coro/ El trabajo” de Humberto Eduardo Cerantonio.
Su nombre se debe al tango “Caminito”, compuesto por Juan de Dios Filiberto y escrito por el riojano Gabino Coria Peñaloza en 1903, que originalmente lo escribió como un poema inspirado en un sendero de la localidad de Olta, en la provincia de La Rioja. En 1926 el tango se estrenó en los carnavales y en 1959 el paseo fue bautizado con este nombre por iniciativa de Quinquela Martín.
Pero Caminito pasó por algunas etapas antes de llegar a ser el famoso paseo de la actualidad. Al principio corrió un cauce del arroyo hasta principios del siglo XX que dejó un trazado sinuoso. La zona fue conocida como “Puntin”, que quiere decir «puente pequeño» en dialecto genovés o xeneize. Luego, formó parte del recorrido del ferrocarril de Ensenada, que fue clausurado en 1928 convirtiendo el lugar en un basural conocido por los vecinos como “La Curva”. Finalmente, gracias a la iniciativa de los vecinos, en 1950 el terreno fue recuperado y convertido en un paseo peatonal y museo al aire libre.
“Un buen día se me ocurrió convertir ese potrero en una calle alegre. Logré que fueran pintadas con colores todas las casas de material o de madera y cinc que lindan por sus fondos con ese estrecho caminito (…)Y el viejo potrero, fue una alegre y hermosa calle, con el nombre de la hermosa canción y en ella se instaló un verdadero Museo de Arte, en el que se pueden admirar las obras de afamados artistas, donadas por sus autores generosamente.” – Benito Quinquinela Martín.