Desde este miércoles será obligatorio en Francia la presentación del certificado sanitario para acceder a los cines, teatros, museos y a cualquier evento cultural o espectáculo, deportivo o de otro tipo, que reúna a más de 50 personas. Al tiempo que se suprime la obligatoriedad de las mascarillas en los lugares que exijan dicho documento.
Está previsto que, desde agosto, esta medida se vaya extendiendo a otros actos de la vida social, así como para acceder a otros establecimientos, como bares y restaurantes. También para utilizar los transportes públicos de larga distancia (aviones, trenes, autocares, barcos). Con este objetivo, el Parlamento debate esta tarde un proyecto de ley del Gobierno de Emmanuel Macron, que espera la adopción definitiva del texto por un procedimiento de urgencia antes del fin de semana.
El certificado sanitario garantiza haber terminado la pauta de vacunación, haber superado la COVID-19 en los últimos seis meses o disponer de un test negativo (PCR o de antígenos) de menos de 48 horas
Este miércoles se registraron 18.181 nuevos casos, cuando una semana antes eran menos de 7.000. Es un nivel que no se alcanzaba desde mediados de mayo, se está disparando en Francia el número de contagios en lo que ya se considera oficialmente la cuarta ola epidémica.
El certificado se exigirá igualmente a los turistas extranjeros, aunque, como para la población local, quedarán exentos los menores de 18 años hasta finales de agosto porque es un grupo de población que ha tenido poca oportunidad de vacunarse contra la COVID hasta ahora.