Entrecanales Domecq e Hijos, uno de los grupos vitivinícolas más relevantes de España con más de 125 años de trayectoria, ha emprendido una nueva aventura empresarial cargada de simbolismo con su entrada en el turismo de lujo con un concepto innovador: el hospedaje sólo por invitación. Bodegas Cosme Palacio, que en 1991 se convirtió en la primera en abrir un espacio dedicado al enoturismo, es hoy La Casa Cosme Palacio tras su reforma completa y redefinición filosófica. El precio deja de ser factor determinante, ya que los huéspedes necesitarán esa invitación para poder alojarse en el hotel, una iniciativa pionera para una empresa ajena al sector turístico.
Su propuesta también se inspira en la tendencia de turismo responsable y slow travel: el viajero visita menos lugares pero pasa más tiempo en ellos, consiguiendo un beneficio para el destino con un fuerte impacto económico local. Ubicado a pocos metros de Laguardia, pueblo medieval en el corazón de La Rioja Alavesa. La región cuenta con un rico patrimonio cultural, una gastronomía y unos caldos reconocidos internacionalmente, así como una interesante representación de pueblos, aldeas y paisajes únicos que se han desarrollado en torno al vino desde la Edad Media.
Las personas interesadas pueden solicitar el alojamiento en la web indicando número de personas, fecha y otras preferencias, con el fin de conocer personalmente y de primera mano al futuro “invitado” y sus necesidades para que su estancia cumpla criterios de excelencia. Para así poder disfrutar de los servicios que se ofrecen “cortesía de la casa”: mayordomo 24 horas, amenities premium, bicicletas eléctricas, los más exclusivos tratamientos de belleza, experiencias sólo para invitados -una visita y cata privada a la bodega o una cena maridaje con añadas antiguas en los calados centenarios-, servicio de Guest Manager para el diseño de itinerarios a medida o mesa asegurada en los mejores restaurantes de la región…
Este verano inaugurará también una nueva piscina situada entre viñedos con vistas al Valle del Ebro. Dispone asimismo de una galería central donde se alojan los depósitos centenarios y las caballerizas -convertidas hoy en museo-, para acoger celebraciones. Todo preparado para una estancia de excepción, pero sólo por invitación.