Uno de los países que ha mantenido durante la pandemia una de las políticas más restrictivas en sus fronteras para controlar la COVID-19, Nueva Zelanda, volverá a abrirse por completo al turismo a partir del próximo 31 de julio, dos meses antes de lo planeado por las autoridades, aunque se seguirá exigiendo estar vacunado. Además de una simplificación de los requisitos sobre inmigración, para abordar la escasez inmediata de profesionales que sufre el país y acelerar la recuperación económica. Así lo ha anunciado la primera ministra del país Jacinda Ardern.
Jacinda Ardern ha destacado que esta será «una buena noticia para las familias, las empresas y nuestras comunidades de migrantes y ofrece certidumbre y tiempo para prepararse a las aerolíneas y las compañías de cruceros que planean regresar a Nueva Zelanda en las temporadas altas de primavera y verano”.