La AESA (Agencia Europea de la Seguridad Aérea) y el ECDC (Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades) comunicaron que no es más obligatorio llevar puesto una mascarilla en de los aeropuertos y a bordo de los vuelos dentro de la Unión. Pero se sigue recomendando su uso, al igual que los distanciamientos. En los trenes (conexiones internacionales incluidas) y transportes públicos terrestres, al contrario, los barbijos siguen siendo exigidos, aunque con diferencias según los países.
En algunos, como Italia o Luxemburgo, la mascarilla FFP2 es obligatoria en todo momento. En Alemania rige la misma medida, pero se pueden utilizar mascarillas quirurgicas. En España y en Bélgica, es también obligatoria a bordo de los medios de transportes, pero no en las estaciones y los andenes. Fuera de la UE, Inglaterra levantó las obligaciones, pero recomienda el uso de una protección
Igualmente, los epidemiólogos y muchos profesionales de la salud, por su parte, opinan que la medida es precipitada, en el contexto actual de los contagios; y a pesar del avance de las campañas de vacunación, los refuerzos de dosis y la inmunidad natural que se va creando, por eso mismo, aconsejan que los viajeros “vulnerables” sigan usando los modelos FFP2/N95/KN95, que ofrecen las mejores protecciones.
Por último, en cuanto a la vacunación, no hubo cambios y los viajeros deben tener un pase sanitario o presentar esquemas completos al momento de ingresar a la UE (atención: las dosis de la rusa Sputnik, que tuvo una amplia difusión en la Argentina, no son reconocidas y no se consideran como parte de los esquemas). También se puede ingresar con tests negativos o una atestación médica de recuperación de contagio de Covid 19. Los viajeros que no cumplen con los requisitos sanitarios pueden ser aislados, en cuarentenas de duraciones variables, según las disposiciones de cada uno de los países de la UE.