Con miles de años de antigüedad, Yeda significa “abuela” en árabe y la leyenda dice que la Eva de la Biblia está enterrada aquí. Los caminos de los peregrinos y de las legendarias rutas de las especias que atravesaban el Océano Índico pasaban por Yeda. Sin embargo, Arabia Saudita está cambiando rápidamente, y parte de su proyecto Visión 2030 implica poner en valor la Yeda Vieja.
El plan estratégico del gobierno para preparar la economía y la sociedad para una era post-petróleo incluye todo, desde la implementación de proyectos digitales y de infraestructura hasta la liberación de las mujeres de las restricciones de la ley islámica para nutrir una fuerza laboral más creativa y dinámica.
El plan también contempla desarrollar el turismo a gran escala como otra fuente de ingresos. Desde 2019, el reino ha facilitado visas para viajeros de ocio de 49 países.
Junto con sus vastos desiertos y notables ruinas arqueológicas, Arabia Saudita tiene a Yeda para presumir, la puerta marina de entrada a los sitios sagrados del país. En total, hay 650 edificios de piedra de coral de los siglos XVIII y XIX en Al-Balad, en la Yeda Vieja, barrio que ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2014. Ahora es un momento interesante de visitarlo, durante un interludio mágico después de que haya sido renovado, pero antes de que lleguen las hordas turísticas.