Debido a la crisis sanitaria generada por el COVID-19, las empresas hoteleras prevén tener serios problemas de solvencia ante la escasa ocupación que se espera en la temporada alta en la Costa del Sol.
El presidente de la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos), Luis Callejón, establece que esta crisis tiene tres fases. “La primera fue la catástrofe de los clientes yéndose de los hoteles y el cierre de los establecimientos, que ya la hemos pasado; la segunda es la del falso optimismo que se está extendiendo sobre las reservas o las búsquedas de vuelos; y la tercera, que se empezará a ver a partir de septiembre, es la de la insolvencia, es decir, en la que todos empezaremos a darnos cuenta de lo que ha pasado, que nadie nos ha salvado y que no hay dinero para pagar porque este verano no se va ni a cubrir gastos”.
Actualmente, apenas un total de 69 hoteles han comunicado a Aehcos, la patronal mas importante del sector en la Costa del Sol, que van a reabrir sus puertas hasta finales de agosto, representando un 18% del total de la planta hotelera. Asimismo, según las estimaciones de Aehcos, un 25% de los establecimientos acabarán cerrando de forma indefinida.
Miguel Sánchez, un experto conocedor del sector, señala que “la situación de los hoteles es ahora tremendamente complicada porque la Costa del Sol depende mucho del turismo internacional, ya que el español viene los fines de semana y del 20 de julio al 20 de septiembre”
Los hoteleros piden al gobierno que prorrogue los Expedientes Temporales de Regulación de Empleo (Erte) -en los que aún siguen la mayoría de trabajadores del sector-, por lo menos, hasta diciembre para poder tener más liquidez. Por otra parte, hay inversores que están a la espera de encontrar alguna ganga que les permita obtener rentabilidades destacadas en la Costa del Sol a medio plazo.