Existen otros canales, también denominados ríos, que llevan a descubrir una Venecia que ha decidido mirar hacia adentro:
EL CANAL DE CANNAREGIO Y SU PUENTE DE LOS TRES ARCOS
Donde en 1516 se creó el barrio judío, hoy se encuentra uno de las zonas más tranquilas de Venecia, aunque también de las más pobladas (la segunda por detrás del barrio de Castello): Cannaregio. Su eje vertebrador es su canal homónimo, que conecta el Gran Canal con la laguna y acoge varios restaurantes, hoteles y tiendas, así como parte de los vecinos del barrio. Dos puentes permiten cruzar de un lado al otro: el de las agujas, con cuatro pináculos, y el de los tres arcos o San Giobbe, el único de triple arcada que queda en toda Venecia.
SIN SALIR DE CANNAREGIO: EL RIO DE LA MISERICORDIA
Existe un Cannaregio todavía más genuino: el que se encuentra todavía más al norte. Paralelo al canal de Cannaregio, Rio de la Misericordia es ese ápice de tranquilidad que tanto cuesta encontrar en Venecia (más allá de Castello). Sus aguas se despiertan tranquilas, flanqueadas por modernos cafés y alguna que otra galería de arte. Al atardecer, es el turno de los bacaros y restaurantes, que llenan las terrazas e incluso el borde del canal de vecinos y turistas en busca de los mejores vinos, spritz y chicchetti venecianos. Para cenar, Paradiso Perduto ofrece platos de marisco, pescado y pasta en uno de los locales más históricos del sestiere, en ocasiones con música en directo. En medio de todo esto, el Campo del Ghetto Nuovo muestra la importancia del barrio judío en la ciudad a lo largo de la historia junto a numerosas sinagogas.
Si se continúa hacia el norte, la Fondamenta de la Sensa y la Fondamenta Madonna de l’Orto merecen un paseo entre callejuelas, la iglesia de Santa María del Orto y la abadía de la Misericordia, con la certeza de encontrar la magia que tanto caracteriza a Venecia y que, en ocasiones, es tan difícil encontrarla.
EL RIO DE SAN BARNABA, UN MERCADO FLOTANTE
El canal permite caminar hasta el Gran Canal para observar unas de las mejores vistas de la ciudad frente al Palazzo Grassi. Hacia la otra dirección, se pasa por el Ponte San Barnaba, del Pugni y della Pazienzia, que conectan la tranquila fondamenta con el campo San Barnaba, donde se encuentra el museo Leonardo da Vinci, y el extenso campo Santa Margherita, que acoge restaurantes, bares, un mercado de flores y otro de pescado. Aquí, en el corazón de Dorsoduro, los estudiantes se congregan día y noche.
EL RIO DE SAN TROVASO Y SU TALLER DE GÓNDOLAS
Fundado en 1600, es uno de los dos squeri que quedan en Venecia, donde se construyen y arreglan las centenarias embarcaciones que tanto caracterizan la ciudad. Pero esta no es la única joya que esconde el canal. De hecho, en sus calles y puentes la vida parece no querer detenerse nunca. A ambos lados, varios bacaros que ofrecen ciccheti y ombre (vino) están frecuentados por universitarios, en especial por estudiantes de bellas artes que día tras día se dirigen a la academia, en Fondamenta Zattere.
UN SQUERO Y UN HOSPITAL EN EL RIO DEI MENDICANTI
El segundo squero de la ciudad se encuentra en este canal, justo en el inicio del barrio de Castello, donde también está el mayor hospital de Venecia, el Ospedale dei Santi Giovanni e Paolo. Su fachada de estilo renacentista, más similar a la de una iglesia que a la de un edificio civil, advierte de la importancia histórica de este espacio. Desde el campo en el que se encuentra el hospital y su iglesia homónima, se puede caminar hasta el ponte dei Mendicanti por una fondamenta estrecha, alejada de los turistas, que no deja de mirar hacia la laguna y el cementerio de San Michele.