Chile anunció este lunes que extiende por dos semanas más el cierre de fronteras que estaba marcado hasta el 15 de junio y ahora irá hasta el 30 de junio. El cierre de fronteras rige desde abril para tratar de contener la pandemia, que mantiene los hospitales al límite y a buena parte de la población en cuarentena, pese a la alta tasa de vacunación.
El cierre de fronteras de Chile, que se ha vuelto a extender, afecta a los turistas que ingresen al país, pero también a los nacionales y extranjeros residentes, que solo pueden viajar en casos excepcionales, como urgencias médicas o razones humanitarias.
Las aerolíneas han pedido al gobierno que abra las fronteras, una decisión que ha llevado las operaciones de LATAM Airlines, la principal compañía chilena y latinoamericana, a solo un 5% de los vuelos internacionales y 25% de la operación general.
La medida está vigente desde el 1 de abril, cuando la segunda ola empezó a desbocarse tras las vacaciones veraniegas, y solo puede decretarse si hay Estado de Excepción Constitucional, que caduca precisamente el 30 de junio y cuya renovación aún está en el aire.
El Estado de Excepción Constitucional, que al Gobierno le gustaría renovar por tres meses más, permite también establecer cuarentenas y el toque de queda, que ahora mismo rige de 22.00 horas a 5.00 horas.
Chile superó la barrera de los 30.000 muertos (30.058) al registrar 121 decesos en las últimas 24 horas y 6.958 casos, lo que deja el balance total desde marzo del año pasado en 1,43 millones de infectados.
Actualmente, hay además 48.596 casos activos o personas que pueden contagiar -una de las cifras más altas de la pandemia- y una ocupación hospitalaria nacional por encima del 95 %, con 166 camas críticas a nivel nacional.
El anhelado retorno a la normalidad, por tanto, sigue lejos pese a que Chile ha vacunado con dos dosis a más del 55,4% de la población objetivo y con una inyección al 73,5%, lo que equivale a casi 11 de los 19 millones de habitantes