Para muchas empresas alemanas, la imposibilidad o las dificultades para viajar se convierten cada vez más en un problema o incluso una desventaja competitiva debido a que no pueden atender a sus clientes o proveedores en el extranjero, hay cancelación de ferias internacionales y, en consecuencia, la ausencia de nuevos contratos.
Es por ello que las principales asociaciones de la economía alemana le solicitaron al gobierno de Angela Merkel un cambio de rumbo o, en su defecto, una «estrategia sopesada y proporcional» en lo que respecta a las advertencias de no viajar por la pandemia de la COVID-19.
Asimismo, las asociaciones critican que, para contener la pandemia, los Estados miembros de la Unión Europea (UE) han vuelto a ampliar, prácticamente sin coordinarse, sus recomendaciones de no viajar. Además, los constantes cambios a corto plazo de las normas relativas a testeo, cuarentena y viajes aumentan la incertidumbre y dificultan la planificación de las empresas.
Definitivamente, las empresas alemanas solicitan que haya una coordinación entre todos los países que integran la Unión Europea para establecer medidas unificadas que permitan viajar y que no afecten a las empresas, quienes se encuentran en una situación económica muy frágil.