En un clima de preocupación, causado por la apertura de las fronteras chinas en medio de un pico de la pandemia, la Transportation Security Administration (TSA) prolonga hasta el 10 de ese mes la obligación de que todos los viajeros extranjeros estén vacunados. Es decir, todas las personas que se presentan en los aeropuertos deben presentar un esquema de vacunas completo.
Los menores de 18 años están exentos de esta medida. La normativa vigente precisa que deben realizar un testeo dentro de los cinco días posteriores a su llegada en Estados Unidos o aislarse durante los cinco primeros días de su estadía; algo que no sucede, como reconocen las mismas autoridades norteamericanas.
Al mismo tiempo, Washington restableció los testeos para todos los viajeros mayores de dos años procedentes de China. Esta medida se aplica independientemente de la nacionalidad o del estado vacunatorio de las personas. Deberán imperativamente presentar un resultado negativo de menos de 48 horas al momento de ingresar a Estados Unidos. La misma medida rige para los pasajeros de los vuelos provenientes de Hong Kong y Macao, dos territorios con estatutos especiales dentro de China.