Para las familias que quieren vivir aventuras sobre el hielo, Noruega es el lugar ideal, ya que fue una de las ubicaciones clave que inspiraron a la taquillera Frozen, de Disney.
El mejor punto de partida es la ciudad occidental de Bergen. Quizá los fans de la película reconozcan el rincón colorido de la ciudad: sus pintorescas casas sirvieron de inspiración para el reino de Arendelle. A cuatro horas en coche por carreteras con vistas panorámicas se encuentra la aldea de Balestrand, donde podrás visitar la iglesia de santo Olaf, cuyo interior se reprodujo para la coronación de Elsa.
Y para vivir la experiencia Frozen completa, ve al parque nacional Saltfjellet–Svartisen, una tierra salvaje en pleno círculo polar ártico, donde la familia Oskal invita a los huéspedes a su casa para que descubran la forma de vida sami. Los amantes de los animales también pueden unirse a los pastores de renos para conocer en la vida real un animal como los del bosque encantado de la secuela.
Trysil, el mayor resort de esquí de Noruega, es ideal para quien quiera ganar seguridad en la ladera. Con 72 kilómetros de pistas y escuelas de esquí excelentes, es perfecto para las familias.
Además, no puedes perderte la capital de noruega, Oslo, donde encontrarás un paraíso invernal clásico que incluye una pista de hielo, una noria, mercados navideños e hileras de puestos que venden delicias festivas.
Por último, para vivir una aventura ártica real, visita el remoto archipiélago de Svalbard, en el norte del país. Una de las actividades de interés es una experiencia en trineo de perros para familias, que incluye trineos diseñados especialmente para los niños más pequeños.