Israel prohibió la entrada a su territorio de ciudadanos extranjeros, con la esperanza de frenar la propagación de la nueva variante Ómicron del coronavirus, salvo en casos aprobados por un comité especial. La oficina del primer ministro, Naftali Bennett, afirmó que están cerca de “una situación de emergencia”.
Los ciudadanos israelíes vacunados deberán presentar un test PCR y someterse a cuarentena durante tres días, medida extendida a siete días para los no vacunados. Estas decisiones interrumpen la reapertura de fronteras, que se dispuso hace 1 mes, para los turistas extranjeros vacunados.
El Estado de Israel fue uno de los primeros y se tomó como ejemplo al lanzar una gran campaña de vacunación en diciembre de 2020, lo que permitió la doble vacunación de más de 5,77 millones de los 9 millones de israelíes, es decir 80% de los adultos, y la administración de una dosis de refuerzo a 4 millones de personas.