La Gran Vía porteña: La Avenida de Mayo

Viajes y Lugares
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La histórica Avenida de Mayo, inaugurada el 9 de julio de 1894, fue la primera avenida que tuvo la Ciudad de Buenos Aires y es reconocida como la columna vertebral del centro porteño. El ideólogo de la obra fue el ex presidente Torcuato de Alvear pero no llegó a presenciar la inauguración debido a su fallecimiento en 1890, fue su sucesor Federico Pinedo quien estuvo presente. Alcanzó su máximo esplendor en 1910, durante los festejos del centenario de la revolución.

La famosa Avenida de Mayo tiene una longitud de 10 cuadras, es la conexión entre la Casa Rosada y el Congreso de la Nación, uniendo así el poder ejecutivo y el legislativo. Debido a su importancia, es la ruta obligatoria en los días de asunción presidencial  y también el lugar predilecto donde se realizan manifestaciones o celebraciones patrias.

Sus edificios conservan una mezcla de estilos entre Art Nouveau, Belle Époque y Art Déco. Su realización fue inspirada en los bulevares de París aunque la gran inmigración española influyó en su arquitectura, por eso se la suele comparar con la Gran Vía madrileña. En esta avenida se levantaron los edificios más modernos de la época, con la regla de no superar los 24 metros de altura, aunque la única excepción fue el Palacio Barolo con 100 metros de altura, construido entre 1919 y 1923. Hoy en día conserva el esplendor de los tiempos pasados y siguen habiendo muchos edificios distinguidos, teatros y cafés importantes, como el Tortoni, que es el más antiguo de la ciudad y fue espacio de reuniones de iconos como Jorge Luis Borges y Carlos Gardel,  y el bar London City, que frecuentó Julio Cortázar para escribir la novela “Los Premios” en la década del 70.

Tras un significativo aumento de tráfico vial, el 1 de septiembre se inauguró el tramo Plaza de Mayo–Plaza Miserere del subte A, siendo un orgullo para los porteños ya que fue el primer subterráneo construido en Latinoamérica. Tanto el hall de entrada como los andenes se encuentran conservados tal como cuando se inauguraron en 1913.

Al cruzar la avenida más ancha del mundo, la 9 de Julio, podemos observar de un lado el obelisco, y del otro el mural de Evita sobre la fachada del Ministerio de Desarrollo Social. Cruzando la 9 de Julio y yendo en dirección al Congreso de la Nación, encontramos un bar de billar con más de 100 años de historia que aún conserva sus mesas de juego. Antes de llegar a la Plaza del Congreso podemos alzar la vista y encontrar las cúpulas rojas de “La Inmobiliaria”. Llegando al final de la avenida, en la Plaza Mariano Moreno está el monolito del kilómetro 0, que indica el kilómetro cero desde donde se cuentan las distancias de todas las rutas nacionales.

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