El artículo 4 de la Ley de Defensa al Consumidor dice: “El proveedor está obligado a suministrar al consumidor en forma cierta, clara y detallada todo lo relacionado con las características esenciales de los bienes y servicios que provee, y las condiciones de su comercialización.
La información debe ser siempre gratuita para el consumidor y proporcionada en soporte físico, con la claridad necesaria que permita su comprensión. Solo se podrá suplantar la comunicación en soporte físico si el consumidor o usuario optase de forma expresa por utilizar cualquier otro medio alternativo de comunicación que el proveedor ponga a disposición.”
Cuando comprás un pasaje aéreo el mismo tiene condiciones de cancelación, de plazos, de reintegros o no reintegros, de penalidades, etc. Cuando comprás un hotel ocurre lo mismo y cuando comprás un paquete es una suma de condiciones, es decir que el paquete puede tener su propia condición o quizás apliquen las condiciones de cada servicio.
Por lo general las compras en turismo se realizan sin que el comprador tome conocimiento de todas estas cláusulas y todo va bien hasta que ocurre algún problema y allí las empresas harán valer condiciones que quizás te las informaron en su sitio web o en un mail y vos no le prestaste atención, aunque también puede ser que esta comunicación no haya estado tan explícita y clara, es entonces que en este caso la empresa estará en problemas.
Un viaje no es una compra de poco dinero, y si para comprar “cosas” que cuestan mucho menos te preocupas de preguntar todas estas cláusulas de devolución, etc; sería aconsejable que hagas lo mismo a la hora de comprar un viaje.
Si te entusiasmas por un precio y pones la tarjeta en internet difícilmente puedas haber tomado fiel conocimiento de estas condiciones, aunque las mismas hayan estado debidamente explicitadas.
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