Investigadores de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) han analizado la influencia de la percepción del riesgo sanitario de viajar inmediatamente después de la primera ola de la COVID-19. La investigación identifica tres perfiles de turista en función de su intención de cambiar sus hábitos turísticos y su comportamiento de cara al futuro en la manera de organizar un viaje y decidir cuándo y cómo visitar determinados lugares.
- El turista preocupado: que manifiesta querer cambiar su modo de vivir tras la pandemia y, por tanto, su forma de viajar.
- El turista pragmático, un tipo de persona que es sensible al riesgo asociado al turismo, pero que no realiza cambios profundos en su modo de viajar.
- El turista escéptico es aquel que no quiere cambiar ni el comportamiento ni sus hábitos de viaje, no muestra aversión al riesgo y manifiesta la voluntad de seguir desplazándose a sitios de turismo de masas.
Estos perfiles, bastante heterogéneos sociodemográficamente según el investigador de la UOC, se han elaborado a partir de encuestas a 500 turistas españoles durante la primavera de 2020, tras la primera ola de COVID-19 y el confinamiento. En este momento, aún no se contaba con una vacuna y nos encontrábamos al inicio de la pandemia. De las personas encuestadas, el 33,7 % eran hombres y el 66,3 % eran mujeres, con edades entre 35 y 45 años, y 46 y 54 años. En cuanto al nivel de estudios, el 53,5 % tenía un nivel medio y el 33 % estaba graduado en el momento de la encuesta. Además, el 79 % se encontraba trabajando, mientras que un 21 % estaba desempleado.
Si bien es cierto que en un primer momento las caídas en las cifras de turismo supusieron pérdidas millonarias para el sector, actualmente se aleja esa creencia de que el turismo de masas «vaya a desaparecer».