La llegada de ómicron a Portugal provocó que la «semana de contención» que el Gobierno había anunciado entre el 2 y el 9 de enero se ampliase y empezase el sábado, día de Navidad. Se espera que suponga el 90% de las infecciones antes de acabar 2021 y ya predomina en el país con el 61,5% de los casos de COVID-19.
Las nuevas restricciones incluyen el teletrabajo obligatorio, el cierre del ocio nocturno, y pasa a ser obligatorio presentar un test negativo para entrar en hoteles, bodas y bautizos, espectáculos culturales y recintos deportivos como estadios de fútbol, independientemente del aforo
El test también es obligatorio para los vacunados, y sólo están exentas las personas que tienen un certificado digital de recuperación porque han pasado el virus en los últimos 6 meses.
El Gobierno portugués también decidió aplazar las rebajas de invierno, que en Portugal suelen empezar tras el día de Navidad, hasta después del 9 de enero, para evitar aglomeraciones en los comercios.
Además, se reduce el aforo en establecimientos comerciales a una persona por cada cinco metros cuadrados