A lo largo y ancho de este país sobresalen preciosos lugares donde las murallas, los castillos y los centros históricos dan fe de un pasado glorioso… y batallador. Hoy en día, estos bonitos pueblos son mucho más que callejuelas retorcidas y a continuación te queremos contar sobre 20 hermosos destinos medievales en España
1 / 20 LAGUARDIA (ÁLAVA)
Hoy en día, sus murallas apenas lucen imponentes ya que la mayoría de ellas se han visto reemplazadas por casas adosadas al muro. Pero sus puertas sobreviven, sobre todo las de Páganos, Carnicerías y San Juan, que son capaces de ejercer de portal a otro tiempo. Ya dentro de la almendra, las callejuelas estrechas conducen a joyas góticas como la Iglesia de Santa María de los Reyes, junto a la que sorprende la torre Abacial, la fortificación más imponente de las que quedan en esta localidad.
2 /20 MONTFALCÓ MURALLAT (LLEIDA)
No es que Montfalcó Murallat sea un pueblo amurallado, sino que todo él es una fortaleza. Ubicado en un promontorio desde el que se domina toda la comarca de Segarra, este baluarte fue muy valioso durante la Reconquista y la consolidación de la corona de Aragón. Hoy en día, su indudable fotogénica lo ha resucitado, ofreciendo al viajero una experiencia muy genuina donde no solo destaca su fotogenia
3 /20 CASTELLAR DE LA FRONTERA (CÁDIZ)
Castellar de la Frontera fue un enclave estratégico durante las Guerras de Granada en el siglo XV. De ahí que su principal icono sea la fortaleza nazarí del siglo XII que, tras la Reconquista, se convirtió en la sede palaciega de los Condes de Castellar. La pequeña villa se mantiene intacta desde la época andalusí, con callejuelas mínimas, casitas encaladas y alguna que otra rendija desde donde se domina, con la vista, todo el condado.
4 /20 DAROCA (ZARAGOZA)
Las toscas construcciones tienden a limitar la expansión urbanística de estos lugares mientras que su arcaico choca (o chocaba) con el progreso hasta que apareció el turismo. Sin embargo, en Daroca han sabido convivir muy bien con este legado, incluso lo cuidaron en la Edad Moderna haciendo de sus torres una monumental bienvenida para el forastero con las torres más bellas de las península
5/20 ALMAZÁN
La historia reciente de Almazán ha hecho de esta antigua plaza fortificada un relevante eje comercial del sur de Soria. La puerta de entrada, cómo no, es a través de unos arcos de muralla que acaban desembocando en su impresionante Plaza Mayor, una desproporcionada explanada coronada por la iglesia de San Miguel y el Palacio de los Hurtado de Mendoza.
6 / 20 OLIVENZA (BADAJOZ)
Pocas localidades en todo el mundo tienen más marcada la doble nacionalidad. De hecho, hasta 1801 Olivenza no fue completamente española ya que, durante siglos, fue moneda de cambio y objeto de deseo de ambas coronas. Esta singularidad se traduce en dos maravillosas evidencias. La primera, que tanta tensión provocó que se levantaran murallas y defensas, siendo el ejemplo más portentoso su imponente castillo templario, un baluarte que, a lo largo de los siglos, se fue ampliando y acompañando con poderosas atalayas. La segunda, que entre murallas y arcos, esta localidad se maquilló con lo mejor del arte castellano y portugués
7 / 20 TRUJILLO (CÁCERES)
La Trujillo de piedra tiene dos caras. La primera, la que enamora a simple vista, con la entrada a esa exuberante Plaza Mayor donde la iglesia de Santa María, la estatua dedicada a Francisco Pizarro y el palacio de la Conquista. Y sin embargo, cuando se traspasa esta imponente bienvenida en forma de ágora, se da con una localidad mucho más callejera y de esencia medieval. Poco a poco, esquivando algún que otro edificio renacentista, se accede a las cavas que recuerdan el trazado de los antiguos fosos del castillo, a las calzadas empedradas y a los hallazgos sorprendentes, como es el caso de la románica Torre o su imponente castillo
8/ 20 ALQUÉZAR (HUESCA)
Hay lugares donde la orografía se propuso invitar al ser humano a levantar un baluarte. Y uno de ellos es Alquézar, una villa ubicada entre los barrancos que esculpe el río Vero y las grietas de la sierra de Guara. En lo más alto de una de ellas se ubica su castillo-colegiata, una preciosa metáfora del devenir histórico de esta villa, que comenzó siendo un alcázar (de ahí su nombre) clave para la defensa de la Barbitania del al-Ándalus pasó a ser una próspera plaza católica. Su modo de visita exige ir de la panorámica al detalle
9 / 20 ALARCÓN
Probablemente, el río con más afán constructor de toda la meseta sea el Júcar. De hecho, si se sigue su curso se llega a rincones como este meandro fortificado donde el rey es el castillo. Hoy transformado en Parador Nacional, esta construcción impone con su presencia y cobija, en su exterior, un conjunto de callejuelas que dan fe de lo rico que llegó a ser este emplazamiento.
10 / 20 MORELLA (CASTELLÓN)
A más de 1000 metros de altitud, el castillo de Morella sigue siendo el rey del Maestrazgo castellonense. Su fotogenia es innegociable, como lo es, también, acercarse hasta esta localidad que sigue teniendo muy presente su pasado medieval. Eso sí, su auténtica joya nada tienes que ver con las férreas defensas de la villa. Se trata de la Iglesia Arciprestal Santa María La Mayor, una maravilla gótica que ejemplifica el poderío de este emplazamiento durante siglos.
11 /20 FRÍAS (BURGOS)
Pasarán los siglos y esta localidad burgalesa seguirá presumiendo de ser la ciudad más pequeña de España. Es una evidencia, sobre todo cuando se conquista poco a poco no sin antes haber cruzado su innegociable puente medieval sobre el Ebro. Arriba espera una ciudad tan bien amurallada que apenas ha cambiado su aspecto en los últimos siglos y donde la visita consiste en, sencillamente, no dejarse nada
12 /20 MONTBLANC
Es indiscutible aprovechar las visitas guiadas que se realizan de las torres de la muralla, además de circunvalarla para descubrir sus muros más magnéticos. Antes de cruzar cualquiera de sus poderosas puertas, merece la pena echar un vistazo a su bodega modernista y, de paso, catar cualquiera de sus vinos
13 / 20 ALBARRACÍN
Desde lejos se observa la silueta fortificada de este pueblo turolense que se baña en las aguas del río Guadalaviar. Aupado en la cresta de un peñasco a más de 1.100 metros del nivel del mar, sus calles costean la difícil orografía, entre casas de entramados de madera y barro
14 / SANTILLANA DE MAR
Los orígenes de esta población cántabra se remontan al siglo VIII, cuando unos monjes construyeron una pequeña iglesia para albergar la reliquias de santa Juliana que un siglo más tarde dio lugar a la colegiata alrededor de la cual se articula Santillana. La calle del Rey y la plaza del Mercado son sus dos centros principales, flanqueados de edificios sublimes
15 / 20 PEDRAZA
Esta población segoviana se erige como una de las mejor conservadas y rehabilitadas con varios premios que lo acreditan. Pedraza fue un importante centro de elaboración de paños de lana de oveja merina, con talleres que abastecían a ciudades como Florencia y Brujas, además de buenos restaurantes y grandes acontecimientos anuales como los Conciertos de la Velas que se celebran en julio.
16 /20 AÍNSA (HUESCA)
Sus viejas calles, su castillo del siglo XI, la muralla, la plaza Mayor, la iglesia de Santa María (siglo XII) y las fachadas de casa Arnal (siglo XVI) son algunas de las muestras de la dilatada historia de esta población que también conserva vestigios celtas y romanos. Aínsa es una de las puertas de entrada al Parque Nacional de Ordesa y Monte perdido.
17 /20 BUITRAGO DE LOZOYA (COMUNIDAD DE MADRID)
El casco antiguo de este pueblo de la Sierra de Guadarrama se alza sobre un meandro del río Lozoya que en el pasado ejercía como foso defensivo natural. Buitrago del Lozoya, pueblo declarado Bien de Interés Cultural, es la única villa madrileña que conserva completo su perímetro amurallado de 800 metros de recorrido construido en el siglo XI. Se puede entrar en el casco antiguo a través de la Torre Albarrana, una de las tres puertas de acceso al conjunto monumental. En el pueblo destacan el Castillo gótico-mudéjar de los Mendona (siglos XIV- XV), con planta rectangular, siete torres y un patio de armas central y muy cerca de levanta el Palacio del Bosque. En sus calles se pasea entre bellas casas blasonadas. Como curiosidad, en Buitrago del Lozoya se puede visitar un inesperado Museo Picasso, creado por la amistad entre el pintor malagueño y su peluquero, nacido en esta localidad
18 /20 GRANADILLA (CÁCERES)
Las Tierras de Granadilla es una de las comarcas más fértiles y verdes de la Alta Extremadura, un territorio de grandes ríos y embalses, oxigenados por bosques de alcornoques, robles y castaños, y sembrada con olivares. Mitad naturaleza, mitad historia, en esta comarca extremeña se halla Granadilla, una villa que fue fundada en el siglo IX por los musulmanes y repoblada a partir del año 1170 por el rey Fernando II de León, quien la destacó como lugar de contención frente a las tropas almohades.
19 / 20 URUEÑA (VALLADOLID)
Urueña es una de las localidades medievales mejor preservadas de la provincia de Valladolid. Declarada Conjunto Histórico-Artístico en 1975, conserva gran parte de su perímetro amurallado, con dos de sus puertas, lienzos de su Castillo, casonas de piedra y la hermosa iglesia parroquial gótico-renacentista de Santa María del Azogue (siglo XVI). En 2014 fue elegido como uno de los pueblos más bonitos de España. Además de ser un mirador privilegiado sobre los paisajes de la Tierra de Campos, allí pueden visitarse varios palomares tradicionales y la ermita santuario de Nuestra Señora de la Anunciada, originaria del siglo XI y uno de los mejores ejemplos de románico de la meseta castellana.
20 / 20 JEREZ DE LOS CABALLEROS (BADAJOZ)
Al aproximarse a Jerez de los Caballeros, el pueblo más barroco de Extremadura, su blanco caserío ya deslumbra desde la lejanía. Su trazado parece estar dispuesto para la contemplación, con monumentos de distintos estilos además del citado barroco: también mudéjar y gótico. La mayoría de calles conducen a la Plaza Mayor, donde se levanta la Iglesia de San Miguel. En el centro de esta madeja de calles intrincadas se asentó en el siglo XIII la Orden de los Templarios, cuyos monjes-guerreros construyeron un castillo defensivo sobre los restos de una alcazaba árabe, junto a los barrios judíos y moriscos; quedan en pie tramos de la muralla defensiva, con varias torres almenaras. A esta fortaleza se accede por las Puertas de Burgos y de la Villa. La tradición narra que junto a la Torre del Homenaje, tradicionalmente conocida como en Torre Sangrienta y alzada en un extremo del castillo, perecieron degollados decenas de templarios al disolverse la Orden por decisión del papa Clemente V.