Como consecuencia del coronavirus, Grecia comienza a experimentar el turismo alternativo sumergido en reservas naturales, colinas verdes, lugares donde no hay turismo de masas, veleros, turismo sostenible, pesca y observación de aves, todo en beneficio de las sociedades locales.
Un informe de la Comisión de Transporte y Turismo (TRAN) del Parlamento Europeo en 2019 recalca la «saturación» de la famosa isla de Santorini. Es por ello, que sumado a la nueva normalidad que trae aparejado el coronavirus, Grecia comenzó a experimentar un turismo alternativo.
Por ejemplo, en las aguas del golfo de Amvrakikos, se encuentra una de las reservas naturales de Grecia donde el turismo alternativo planta cara a la crisis del coronavirus. Rodeado de colinas verdes, Amvrakikos es un parque natural a la entrada de la localidad de Préveza.
Asimismo, Préveza no sufre el turismo de masas de los principales destinos griegos, como las islas Jónicas vecinas o Creta. Como consecuencia, el ayuntamiento ha lanzado una campaña promocional en Europa calificando la región como una de las «más seguras» de Europa para 2020. Su playa Monolithi de 22 km de largo y 80 m de ancho, ideal para el distanciamiento social, ocupa el primer lugar en la lista de una decena de playas europeas, según este sitio.
Definitivamente la pandemia nos demuestra que debemos respetar la naturaleza y volcarnos en un turismo a pequeña escala, lejos de los eslóganes tradicionales de sol y mar, y comenzar a promover el turismo alternativo.