En 1985, Villa Epecuén fue destruida por la crecida del lago homónimo. Con el tiempo, los restos de esta villa turística bonaerense quedaron al descubierto y comenzaron a atraer a cientos de viajeros.
Muchos turistas se interesan en las historias que hay detrás de pueblos fantasmas y ruinas. Tal es el caso de Villa Epecuén, un pueblo turístico localizado al sudoeste de la provincia de Buenos Aires que en 1985 quedó sumergido bajo el agua como consecuencia de la crecida del lago Epecuén.
La Villa nació en 1921 a orillas del lago conocido por las propiedades medicinales de sus aguas que atraían a miles de turistas durante el verano. Pero debido a la inacción gubernamental, lluvias torrenciales y obras inconclusas, el 10 de noviembre de 1985 se inundó toda la villa provocando la evacuación de aproximadamente 1.500 habitantes que perdieron absolutamente todo. Villa Epecuén había desaparecido bajo el agua.
Pero años después, el agua se retiró y dejó al descubierto las ruinas de los hoteles, los comercios, las viviendas y las industrias que habían funcionado en el lugar. Hoy, la villa permanece deshabitada, pero con una sola excepción: Pablo Novak, el único habitante que con sus 90 años sigue instalado en una casa en la entrada del pueblo y camina por sus restos todos los días.