Según informó el alcalde de la ciudad Marcelo Crivella, las playas de Rio de Janeiro no serán reabiertas hasta que no haya una vacuna contra el COVID-19. El alcalde tomó esta decisión debido al poco uso del barbijo en la playa y al incremento en el nivel de contagios.
Crivella decía: «Cuando no se pueden usar barbijos o tapabocas, la indicación es volver solo cuando haya una vacuna (que se está probando), o cuando los contagios estén cercanos a cero”. Esta medida hace referencia al uso recreativo de la playa, es decir tomar sol, descansar en la arena junto a otras personas, bañarse en el mar. Sin embargo, las playas se pueden seguir utilizando para realizar ejercicio físico y deportes náuticos de forma individual.
A pesar de las cifras alarmantes que tiene Brasil, muchas ciudades comenzaron a reabrir algunas actividades. En el caso de Río de Janeiro se permitió la reapertura de bares y restaurantes con límites de capacidad y medidas de higiene. En Sao Paulo, también abrieron los gimnasios, parques públicos y espacios verdes.