A la localidad de Anagni se la conoce en Italia como la «Ciudad de los Papas» desde que en la Edad Media diera cuatro pontífices a Roma. Su principal monumento es la Catedral-Basílica de Santa María, un templo de origen románico. La iglesia esconde en su subsuelo la Cripta de San Magnus, creada por los pobladores para custodiar las reliquias de mártires locales como el propio san Magno
Agnani San Magno
La Cripta de San Magnus es un excepcional ejemplo del arte religioso medieval. Creada al mismo tiempo que la Catedral, alberga algunos de los ciclos de frescos más valiosos que se conservan en Italia. Oculto bajo la nave principal catedralicia, el espacio tiene más de 500 metros cuadrados y está formado por tres naves transversales con tres ábsides laterales, y sostenido por doce columnas que forman 21 techos abovedados, lienzos en blanco que durante los siglos XII y XIII se decoraron de forma magistral.
Frescos de la cripta de San Magno
Esta «Capilla Sixtina» de la Edad Media cuenta con escenas pintadas en medio centenar de recuadros y multitud de frisos, cuyos colores y sombras se preservan excepcionalmente bien conservados. Entre todos los murales destacan los ciclos de frescos que fusionan temas de fe y de ciencia, una rareza para la época y por ello extraordinarios. Sobresalen los murales sobre la Salvación del Hombre, desde la Creación al Apocalipsis, y los que lo muestran como el centro del Universo, entre círculos concéntricos con las estaciones y los elementos de la naturaleza.
Anagni Exterior
En aquella época, las iglesisa se construían acompañadas de una torre, que tanto podía ejercer de campanario como de atalaya defensiva, visible desde la lejanía, para atraer a los peregrinos o disuadir a los posibles atacantes. El Palacio de Bonifacio VIII, otro monumento de la ciudad, es hoy un museo donde se muestra cómo vivían los papas de la época.