La llamada segunda ola de coronavirus afecta nuevamente a Europa pero principalmente a Francia y Alemania, países que volvieron tomar medidas para evitar la propagación del virus.
Por un lado, el presidente de Francia Emmanuel Macron, anunció la semana pasada que los ciudadanos volverán a estar confinados a partir del pasado viernes y hasta el próximo 1 de diciembre. Dicha medida se debe a que el número de contagios en el país se ha duplicado en menos de quince días, hasta superar el 1,2 millones de casos totales. Cabe destacar que este nuevo confinamiento será más flexible que el impuesto en marzo: las escuelas permanecerán abiertas, el trabajo continuará en la medida de lo posible y las residencias de ancianos permitirán las visitas, según detalló Macron.
Por otro lado, Alemania ha decretado el cierre todos los bares y restaurantes, así como el ocio y la oferta cultural a partir del lunes, durante todo el mes de noviembre en el marco del nuevo paquete de medidas para frenar el alza de contagios. Asimismo, limitará el turismo nacional, prohibiendo las estancias en hoteles a menos que sea por razones «esenciales».
Por último, las fronteras internas de la UE permanecerán abiertas y si se podrá viajar entre países de la UE mientras que las exteriores se cerrarán. En cuanto a las medidas para los viajeros, se harán pruebas de diagnóstico a todos los viajeros que lleguen a Francia.