Salud, dinero y vacaciones en épocas de pandemia…

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“La presión para abrir las fronteras procede sobre todo de países turísticos, en especial de Grecia. Atenas, que ha elaborado su propia lista con una treintena de países que considera seguros, no quiere prescindir de grandes mercados como el ruso e incluso amaga con abrir sus fronteras a los ciudadanos de esos Estados para que las empresas turísticas y las aerolíneas puedan ir ofertando sus paquetes turísticos.”

John Rawls explicaba que su teoría de la Justicia partía de una posición original  en la que las partes, nosotros, no conocemos cierto tipo de hechos, no conocemos nuestra posición en la sociedad, no sabemos cuáles serán nuestra suerte en la distribución de talentos y capacidades naturales, su inteligencia y su fuerza; estaríamos protegidos por lo que llamo “el velo de ignorancia”, lo que quiere decir que no sabemos como las diversas posibilidades o alternativas afectarán nuestra vida, es decir nos fundamentaríamos en consideraciones totalmente objetivas.

Pues bien para esta nota, que tiene que ver con el COVID 19 y su tratamiento por parte de los gobiernos, decidí ponerme detrás del “velo de la ignorancia” para ponderar esa sensación de que estamos siendo manipulados según apriete el zapato.

Viene a cuento porque justo con la llegada del verano boreal, que como sabemos tiene que ver con el Norte, se empiezan a abrir las fronteras, se autorizan vuelos,  se suprimen los famosos 14 días de cuarentena preventiva y se intenta convencer a la gente que ahora todo está bien, se puede viajar, no hay riesgos de contagio, lo que no quita que se deban tomar algunas medidas de precaución como el uso de mascarilla o tapabocas y mantener, en lo posible la distancia social.

La política empieza a ver los números y advierte que en España entre mitad de marzo y el 30 de junio se perdieron 43.460 millones de euros respecto al mismo período del año pasado. Más de 700.000 personas se vieron afectadas por la caída del turismo y se facturara un 70% menos en turismo emisivo.

Son números alarmantes que ponen de manifiesto que si bien la salud es importante, la economía también lo es y parecería que en España los casos de COVID 19 a la fecha serian 246.752, el 0,005 de la población y los fallecidos 28.325, lo que significaría, dicho con crudeza, que se perdió mucho por muy poco.

Esto más o menos se repite incluso en los países que han tenido más casos, pero tengamos en cuenta que el total de casos confirmados es de 9.150.391, sería el 0,001 de la población mundial, la letalidad total  son de 473.519 personas.

La economía forma parte de nuestra vida y tendríamos que ponderar, despojándonos de toda hipocresía y cinismo, que la humanidad está pagando con costo elevadísimo por una epidemia que tiene mucho de fantasmagórica. Admito que este virus podría ser algo totalmente diferente a lo conocido, que se carecen de antídotos y que en todo caso es la medicina la que esta tapada por el “velo de la ignorancia”. Pero en ese caso asumámoslo como uno de los riesgos que implica el hecho de vivir y que estamos tan cerca de contagiarnos como de ser víctimas de un accidente en la calle.

No hace mucho iba caminando por la calle Azcuénaga frente al Colegio San José, a dos cuadras de Av. Rivadavia para los que conocen Buenos Aires. Delante mío veo caer algo que si me hubiera pegado en la cabeza me dejaba seco en el suelo; me salve por un paso. Ahora bien ¿tendría que dejar de caminar por ese casi accidente…?

Ahora todos quieren recuperar el dinero perdido, en los aviones es imposible contagiarse por los famosos  filtros “HEPA”, en los aeropuertos será todo automático pero si mantenemos la distancia social para embarcar aviones con 150 pasajeros cada uno, las colas, en el caso de AEROPARQUE podrían llegar hasta Mar del plata…, bueno no tanto porque sólo operará Aerolíneas Argentinas y supongo que sabrán escalonar los vuelos…además tendrá todo el aeroparque a su disposición.

Europa mantendría las restricciones para los vuelos entre el continente y EEUU, pero algunos mal pensados piensan que podría haber más que una razón de salud pública, una suerte de venganza por las políticas comerciales de Donald Trump.

Vuelvo al comienzo y con este “velo de la ignorancia” ya que me estoy enredando porque es muy fino, casi imperceptible pero se te pega por todo el cuerpo…

No les parece que no hay lógica y cuando “don euro” falta hay que hacer como dice el dicho, “de tripas corazón”, sea para disimular el miedo al COVID 19 o para evitar que se sigan perdiendo los ingresos del turismo.

Ahora, falta saber una cosa ¿qué hará la gente?

Una nueva versión de Pan, Amor y Fantasía, aquella película de Vittorio de Sica y Gina Lollobrigida de la década de 1950/60, si no era una podría ser la otra…

por  Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires (triste viendo como cierran negocios y queda gente sin trabajo).

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