Todas las compañías de cruceros que estén asociadas a CLIA (Cruise Lines International Association) aceptaron basar en los test previos gran parte de sus campañas para garantizar a los pasajeros un viaje seguro en época de pandemia. Tanto pasajeros como tripulación deberán dar negativo en un test para poder embarcar.
La asociación explicó que todos aquellos barcos que acojan a más de 250 pasajeros deberán adherirse a la política del test, la cual se considera imprescindible para que la industria pueda retomar su actividad.